
Antes de leer esta obra leía unos escritos de Gustavo Adolfo Bécquer que reflejaban muy bien lo que Ceriotti desarrolla magistralmente. Nos decía el poeta español ya en 1861 «En la escala de la inteligencia del poeta hay notas que pertenecen a la de la mujer, y estas son las que expresan la ternura, la pasión y el sentimiento«. Además añade:
«La poesía es en el hombre una cualidad puramente del
espíritu; reside en su alma, vive con la vida incorpórea de
la idea, y para revelarla necesita darla una forma. Por eso
la escribe.
En la mujer, por el contrario, la poesía está como
encarnada en su ser, su aspiración, sus presentimientos,
sus pasiones y su destino son poesía: vive, respira, se
mueve en una indefinible atmósfera de idealismo que se
desprende de ella, como un fluido luminoso y magnético;
es, en una palabra, el verbo poético hecho carne«.
La autora, quien es neurosiquiatra infantil, y psicoterapeuta para adultos nos lleva en esta obra a una interesante reflexión sobre la condición femenina, tan urgente en nuestros tiempos. Dónde nos advierte que en el ataque que se da a la masculinidad también se pretende destruir la maternidad. La maternidad no solo en su dimensión de tener hijos sino en esa capacidad de velar y preocuparse por el otro que constituye la solidaridad. Esto es porque la mujer tiene mucho más presente que el hombre que se sirve a las personas y no a las cosas. Es precisamente esta capacidad de ver por el otro la que hace al mundo más humano.
Cerriotti nos lleva también por esa otra dimensión de la naturaleza femenina que es la erótica, que no se reduce exclusivamente al tema sexual. Nos dice:
«En la parte «erótica» quiero incluir todos los aspectos de la mujer relacionados con el deseo, la autonomía, el respeto a sí misma, o la capacidad de mantener una buena base narcisista. Esta dimensión (en sus matices positivos) incluye el deseo y la habilidad para ser bella, su poder de elegir por sí misma y de sacar adelante sus proyectos, su capacidad de revestir positivamente su cuerpo y su mente. Encierra el placer de cuidar de sí misma, pero también la capacidad de protegerse y establecer las justas distancias respecto a los demás, a fin de tutelar los espacios necesarios para el propio equilibrio«.
En el caso de los padres es una obra de referencia para ayudar al desarrollo bueno y sano de la afectividad de sus hijas. Dónde el padre y la madre cumplen roles decisivos en el desarrollo de esas dimensiones. También sirve de reflexión sobre la interacción con las figuras femeninas de nuestra vida y para lograr una mejor comprensión de los vínculos y relaciones que nunca están exentas de dificultades.
También puedes leer sobre Masculino: Fuerza, eros, ternura de la misma autora.
