Generalmente se escucha a nivel de desarrollo organizacional de liderazgos carismáticos, transaccionales, democráticos, autocráticos, etc. La literatura describe las características de cada uno e incluso como se puede trabajar para desarrollarlas. Pero en su Liderazgo Ético, Alfred Sonnenfeld nos reta a construir nuestro liderazgo a partir de convicciones fuertes y coherencia de vida, en concreto una vida ética. Esto en un mundo convencido en que las convicciones deben ser tan amplias como para diluirse en las demás es un verdadero reto..
Sonnenfeld nos da un paseo por lo que la civilización occidental ha entendido como excelencia y de como el ejercicio de las virtudes es el camino para alcanzarla. Si bien no deja de recordarnos, que las virtudes se prueban en la adversidad, es lógico que si haces las cosas bien tus resultados deben ser buenos. Para eso nuestro horizonte no puede ser mezquino, ni nuestras aspiraciones pueden ser rastreras. Hay que aspirar a la magnanimidad, virtud olvidada y reemplazada por el término de ambición que se endulza llamándola «buena ambición».
«La tarea de cada uno será única e irrepetible. Y si soy o no soy excelente en mi modo de ser dependerá del «cómo» tome decisiones. Quien olvide esto es fácil que no llegue a conseguir nada que valga la pena y que carezca en su actuación de una trayectoria definida capaz de inspirar confianza a los que le rodean».
«Tampoco sería un liderazgo logrado dejar que nuestra vida se someta a los vaivenes, no ya del pensamiento de moda (lo políticamente correcto) sino también de la dictadura de las pasiones o de la seducción de la técnica. Es cierto que la técnica muchas veces nos rescata de las limitaciones físicas y amplía nuestros horizontes, pero la autosuficiencia de la técnica sólo contesta a preguntas sobre el «cómo», olvidándose de los «porqués» que impulsan a actuar«
Sin duda un libro para leer más de una vez, es una invitación a ver un horizonte trascendente.
Te puede interesar:
The Neurobiological Bases of Happiness | Alfred Sonnenfeld – Universidad de Navarra